El exministro de Economía y líder de Consenso Federal emitió una carta con una serie de medidas «necesarias», que abarcan desde el impulso productivo, la reducción del empleo público, la limitación de controles y el achatamiento de las jubilaciones.
El excandidato presidencial y exministro de Economía, Roberto Lavagna, propuso hoy una serie de cambios en el sistema jubilatorio y para modernizar el empleo privado, en una carta que publicó en las redes sociales, en la que solicitó «cambios de comportamiento» y dijo que «no hay más excusas» para implementarlos.
En la carta, titulada «Llegó la hora. No hay más excusas», Lavagna hace un balance de «un muy difícil 2020» y sostiene que «la acumulación de 10 años de estancamiento, incluso retroceso económico y la pandemia, han puesto a los argentinos todos en una difícil encrucijada».
LLEGÓ LA HORA. NO MÁS EXCUSAS – https://t.co/E4R0rs4ToI
— Roberto Lavagna (@RLavagna) December 26, 2020
«El fracaso de las políticas populistas por un lado, o de ajuste por el otro, más la parálisis derivada de la pandemia, han llevado la realidad socioeconómica a niveles insostenibles», añade en la misiva.
Tras señalar que «es necesario reaccionar ya con algunos cambios de comportamiento, Lavagna desarrolla seis ejes.
En principio, propone «la creación del trabajo privado como objetivo central, protegiendo derechos adquiridos pero incorporando a la mayoría que hoy está excluida, sin derecho alguno, a formas modernas de empleo» y pide «darle a la inversión y a la búsqueda de productividad un papel central».
Luego, postula «dar equidad al sistema jubilatorio de quienes menos ganan haciendo ajustes diferentes a las jubilaciones y pensiones más altas, de modo de reducir las abismales diferencias que hoy existen entre la mínima y los sistemas de privilegio».
Luego impulsa «empezar ya con un proceso» que abarque «bajar los costos de funcionamiento del sistema político» y pone como ejemplos: «Cámaras más reducidas, legislativos provinciales unicamerales, concejos deliberantes marcadamente más reducidos, límites estrictos al número de asesores etc».
También pide «modificar conductas y valores», y «evitar que el empleo público siga creciendo» y, en ese sentido, propone «reeducar, redistribuir, penalizar el intervencionismo inútil y burocrático» con el fin de «darle más poder a los ciudadanos y menos a las estructuras, gerenciales, sindicales y a las alianzas espurias entre el Estado y pseudo empresarios».
Del mismo modo, propone «desarmar progresivamente el sistema de subsidios que privilegia la concentración en Capital y el Gran Buenos Aires, porque vacía el interior del país» y destaca que «es imperioso re-federalizar la Nación.
Según el excandidato de Consenso Federal, habrá «resistencias» a sus propuestas desde los distintos sectores pero también otros «capaces de ver lo que será la sociedad argentina dentro de 20 años si no hacemos cambios de fondo».
«Cuanto más reglas menos inversiones; cuanto más intervenciones menos productividad. Cuanta más creatividad fiscal más desvíos grandes (subsidios eólicos, monopolios renovables sin límites); o desvíos chicos (VTVs, registros automotores, parquímetros, impuestos al viento, etc.)», enumera.
Para Lavagna, «los argentinos necesitamos una bocanada de aire fresco, de mayor libertad para movernos con creatividad; para ser productivos, no para buscar mañosamente rentas que se le extraen al Estado que debe ocuparse SÍ de educación, salud, de crear igualdad de oportunidades, seguridad, ciencia y tecnología»., sostuvo el excandidato de 78 años.
La propuesta de Lavagna no es nueva: ya en agosto presentó un documento titulado “Pilares de un programa de crecimiento con inclusión”, que incluía una reforma laboral entre sus ejes principales, que genera debates y resistencias en diversos sectores, sobre todo en el sindicalismo y en diversos espacios del conglomerado del PJ.